lunes, 24 de marzo de 2008

ELCHE/ELX

Sí, sí, la continuación se ha hecho esperar. La organización lamenta este infortunio. Lo cierto es que el acceso a Internet sólo fue posible en Valencia y luego más de lo mismo durante la última semana, y ya que hablamos con sinceridad al volver a casa era tanta la penita pena que olvidé durante muchos días continuar las narraciones cotidianas de la Caravana
(nota mental: durante la próxima Caravana debemos tener acceso a Internet vía maleable las 24 horas).
Bueno, a lo que íbamos. El miércoles 27 de febrero tocó viajar a Elche desde Valencia. Un par de horitas en las que las conversaciones, los cánticos y algún que otro ronquido fueron la tónica general. ¿El panorama fuera de la caravana? Día nublado y paisaje demasiado urbanizado...es el Levante, señores, pasen y vean.
Al llegar al Campus de Elche de la Universidad Miguel Hernández poco antes de la comida nos esperaban, para nuestra sorpresa, una quincena de miembros de la Oficina Ambiental, cada uno con una bolsa de papel repleta de obsequios. ¡Qué decir! Todo pintaba muy bien para la estancia en la ciudad y el campus.
Visita a la Oficina Ambiental (muy deslumbrante y limpia, pasó la prueba del algodón). Como no había nada planeado para esa tarde, ¡qué mejor que un Carnaval para despertar conciencias y perfeccionar nuestras dotes para la teatralidad!
Luego, comenzó una historia de amor: el amor de los caravaneros por el hotel Ibis y por la simpática camarera. Pero lo mejor de este idilio tocaría cada mañana con un bufé de mimos, caricias y bollería varia.
La primera noche algunos miembros de la Caravana la aprovecharon para acudir al visionado de una película en la filmoteca local, Persépolis, de Marjane Satrapi. ¡Estos caravanitos no paran quietos!
El jueves, otro Carnaval, más difusión y buen tiempo. Para abrir apetito para la tarde un documental sobre cambios climáticos producidos en el Antiguo Egipto. Tras la comida otra charla sobre desertificación a cargo del profesor Navarro Pedreño. Pero entremedias, un espectáculo circense-musical de la orquesta caravanera en la cafetería del campus, dirigida por el incombustible Pere, al que mandamos un saludo y al que imploramos que vuelva al tabaco, para que no le sobre tanta energía.
Viernes, último día en Elche. Mesa redonda sobre los campos de golf y polémica servida. Dos estupendos ponentes, tanto a favor como en contra de los mismos en el Levante y Murcia.
Este acto concluyó con la visita a las instalaciones de golf de la UMH con la guía del profesor del Campo Gomis.
Por la tarde tuvimos la suerte de poder visitar la ciudad, el museo del Palmeral, el museo de arqueología, etc. La noche no dejó de deparar sorpresas. Un amigo invisible caracterizado por la improvisación mostró el cariño y la artesanía que cada caravanero pone en todo lo que hace. Cada uno se llevó un bello recuerdo de esa última noche, que era también la última para muchos y también la última del grupo del tercer turno. Cantos y baile para celebrar una semana de trabajo y dedicación, y mucha amistad...

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